sábado, 11 de mayo de 2013

AMOR DE PADRE

AMOR DE PADRE


 Son precisamente las manos de Dios las que nos acompañan en el camino».
«El amor, para que sea auténtico, debe costarnos […]. Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él».Sta. Teresa de Calcuta.

«Hijo mío, si se hace sabio tu corazón, también mi corazón se alegrará. Me alegraré de todo corazón si tus labios hablan con acierto» (Pr 23, 15-16). No se podría expresar mejor el orgullo y la emoción de un padre que reconoce haber transmitido al hijo lo que importa de verdad en la vida, o sea, un corazón sabio. 


Dios se comporta como «un papá con el hijo que le lleva de la mano »
Si la esencia del pecado es "aversio a Deo et conversio ad creatura", buscarse a si mismo hasta el desprecio de Dios. 
El amor que lo destruye es la conversión, la adhesión a Dios, a su persona, a su voluntad, a sus mandatos. A eso vino Jesús, a mostrarnos el amor de Dios, a enseñarnos a amarlo, a ayudarnos a hacerlo hasta el desprecio de si mismo. Hasta dar la vida por El, como El la dio por nosotros.

Quien acepta la vida de Cristo y vive en Él reconoce a Dios como Padre y se entrega totalmente a Él, amándolo sobre todas las cosas. El hombre reconciliado ve en Dios al Padre de todos y, en consecuencia, siente el llamado a vivir una fraternidad abierta a todos. 

Este es el dilema. Vivir  para nosotros mismos, o vivir para Dios y para los demás, ser servidos o servir, obedecernos a nosotros mismos o obedecer a Dios.


Esta es la vida cristiana escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica.
Por otro lado, el papa Francisco ha recordado que poner en práctica lo que se escucha "no es fácil", porque "es más fácil vivir tranquilamente sin preocuparse de las exigencias de la Palabra de Dios". De este modo, ha afirmado que algunas pistas concretas para hacerlo son los mandamientos y las bienaventuranzas. 


Los cristianos alérgicos a los predicadores tienen siempre algo que criticar, pero en realidad tienen miedo a abrir la puerta al Espíritu Santo y se vuelven tristes: lo dijo esta mañana el Papa Francisco en la Misa presidida en Santa Marta.

Una cosa «que a mí me hace bien —dijo una vez más el Pontífice— es pensar: Jesús, Dios trajo consigo sus llagas. Las muestra al Padre. Éste es el precio: las manos de Dios son manos llagadas por amor. Y esto nos consuela mucho. Muchas veces hemos escuchado decir: no sé a quién confiarme, todas las puertas están cerradas, me confío a las manos de Dios. Y esto es hermoso porque allí estamos seguros», custodiados por las manos de un Padre que nos quiere.

Un corazon sensible a las necesidades de los demas.

Jornada por la Paz 2014.
La globalización, como ha afirmado Benedicto XVI, nos acerca a los demás, pero no nos hace hermanos[1]. Además, las numerosas situaciones de desigualdad, de pobreza y de injusticia revelan no sólo una profunda falta de fraternidad, sino también la ausencia de una cultura de la solidaridad. 


Las nuevas ideologías, caracterizadas por un difuso individualismo, egocentrismo y consumismo materialista, debilitan los lazos sociales, fomentando esa mentalidad del ¿descarte?, que lleva al desprecio y al abandono de los más débiles, de cuantos son considerados ¿inútiles?. Así la convivencia humana se parece cada vez más a un mero do ut des pragmático y egoísta.

Al mismo tiempo, es claro que tampoco las éticas contemporáneas son capaces de generar vínculos auténticos de fraternidad, ya que una fraternidad privada de la referencia a un Padre común, como fundamento último, no logra subsistir[2]. Una verdadera fraternidad entre los hombres supone y requiere una paternidad trascendente. A partir del reconocimiento de esta paternidad, se consolida la fraternidad entre los hombres, es decir, ese hacerse «prójimo» que se preocupa por el otro.

El relato de Caín y Abel nos enseña que la humanidad lleva inscrita en sí una vocación a la fraternidad, pero también la dramática posibilidad de su traición. Da testimonio de ello el egoísmo cotidiano, que está en el fondo de tantas guerras e injusticias: muchos hombres y mujeres mueren a manos de hermanos y hermanas que no saben reconocerse como tales, es decir, como seres hechos para la reciprocidad, para la comunión y para el don.

Sobre todo, la fraternidad humana ha sido regenerada en y por Jesucristo con su muerte y resurrección. La cruz es el ?lugar? definitivo donde se funda la fraternidad, que los hombres no son capaces de generar por sí mismos. Jesucristo, que ha asumido la naturaleza humana para redimirla, amando al Padre hasta la muerte, y una muerte de cruz (cf. Flp 2,8), mediante su resurrección nos constituye en humanidad nueva, en total comunión con la voluntad de Dios, con su proyecto, que comprende la plena realización de la vocación a la fraternidad.

Quien acepta la vida de Cristo y vive en Él reconoce a Dios como Padre y se entrega totalmente a Él, amándolo sobre todas las cosas. El hombre reconciliado ve en Dios al Padre de todos y, en consecuencia, siente el llamado a vivir una fraternidad abierta a todos. En Cristo, el otro es aceptado y amado como hijo o hija de Dios, como hermano o hermana, no como un extraño, y menos aún como un contrincante o un enemigo. En la familia de Dios, donde todos son hijos de un mismo Padre, y todos están injertados en Cristo, hijos en el Hijo, no hay vidas ¿descartables?. Todos gozan de igual e intangible dignidad. Todos son amados por Dios, todos han sido rescatados por la sangre de Cristo, muerto en cruz y resucitado por cada uno. Ésta es la razón por la que no podemos quedarnos indiferentes ante la suerte de los hermanos.

La solidaridad cristiana entraña que el prójimo sea amado no sólo como «un ser humano con sus derechos y su igualdad fundamental con todos», sino como «la imagen viva de Dios Padre, rescatada por la sangre de Jesucristo y puesta bajo la acción permanente del Espíritu Santo»[9], como un hermano.«Entonces la conciencia de la paternidad común de Dios, de la hermandad de todos los hombres en Cristo, ¿hijos en el Hijo?, de la presencia y acción vivificadora del Espíritu Santo, conferirá ?recuerda Juan Pablo II? a nuestra mirada sobre el mundo un nuevo criterio para interpretarlo»[10], para transformarlo.

La primera necesidad, por lo tanto, es precisamente esta: que el padre esté presente en la familia. Que sea cercano a la esposa, para compartir todo, alegrías y dolores, cansancios y esperanzas. Y que sea cercano a los hijos en su crecimiento: cuando juegan y cuando tienen ocupaciones, cuando son despreocupados y cuando están angustiados, cuando se expresan y cuando son taciturnos, cuando se lanzan y cuando tienen miedo, cuando dan un paso equivocado y cuando vuelven a encontrar el camino; padre presente, siempre. Decir presente no es lo mismo que decir controlador. Porque los padres demasiado controladores anulan a los hijos, no los dejan crecer. 

El Evangelio nos habla de la ejemplaridad del Padre que está en el cielo —el único, dice Jesús, que puede ser llamado verdaderamente «Padre bueno» (cf. Mc 10, 18). Todos conocen esa extraordinaria parábola llamada del “hijo pródigo”, o mejor del “padre misericordioso”, que está en el Evangelio de san Lucas en el capítulo 15 (cf. 15, 11-32). Cuánta dignidad y cuánta ternura en la espera de ese padre que está en la puerta de casa esperando que el hijo regrese. Los padres deben ser pacientes. Muchas veces no hay otra cosa que hacer más que esperar; rezar y esperar con paciencia, dulzura, magnanimidad y misericordia. Un buen padre sabe esperar y sabe perdonar desde el fondo del corazón. Cierto, sabe también corregir con firmeza: no es un padre débil, complaciente, sentimental. 

El padre que sabe corregir sin humillar es el mismo que sabe proteger sin guardar nada para sí. Una vez escuché en una reunión de matrimonios a un papá que decía: «Algunas veces tengo que castigar un poco a mis hijos… pero nunca bruscamente para no humillarlos». ¡Qué hermoso! Tiene sentido de la dignidad. Debe castigar, lo hace del modo justo, y sigue adelante. Así, pues, si hay alguien que puede explicar en profundidad la oración del “Padrenuestro”, enseñada por Jesús, es precisamente quien vive en primera persona la paternidad. Sin la gracia que viene del Padre que está en los cielos, los padres pierden valentía y abandonan el campo. 

Pero los hijos necesitan encontrar un padre que los espera cuando regresan de sus fracasos. Harán de todo por 18 no admitirlo, para no hacerlo ver, pero lo necesitan; y el no encontrarlo abre en ellos heridas difíciles de cerrar. La Iglesia, nuestra madre, está comprometida en apoyar con todas las fuerzas la presencia buena y generosa de los padres en las familias, porque ellos son para las nuevas generaciones custodios y mediadores insustituibles de la fe en la bondad, de la fe en la justicia y en la protección de Dios, como san José. 

Finalmente, hay una forma más de promover la fraternidad 
¿y así vencer la pobreza? que debe estar en el fondo de todas las demás. Es el desprendimiento de quien elige vivir estilos de vida sobrios y esenciales, de quien, compartiendo las propias riquezas, consigue así experimentar la comunión fraterna con los otros. 

Esto es fundamental para seguir a Jesucristo y ser auténticamente cristianos. No se trata sólo de personas consagradas que hacen profesión del voto de pobreza, sino también de muchas familias y ciudadanos responsables, que creen firmemente que la relación fraterna con el prójimo constituye el bien más preciado.


Cada vez es más arduo, transmitir a las nuevas generaciones los valores fundamentales de la existencia y de un recto comportamiento. Apagar las ansias de felicidad de las nuevas generaciones colmadas con objetos de consumo y con gratificaciones efímeras.


Lo que es deber nuestro transmitirles, también y sobre todo, en lo que respecta a perfeccionar al ser humano a través del desarrollo de virtudes que enriquecen a la propia persona, al mundo y a los demás. La Fe, la esperanza y la Caridad que son las bases para construir la verdadera felicidad.




Dos pecados ha cometido Mi Pueblo: Me abandonaron a Mi que soy Fuente de Agua Viva y se construyeron pozos que no pueden retener el agua.

Aquí está la emergencia educativa: no somos ya capaces de ofrecer hoy a las nuevas generaciones aquellos verdaderos valores que dan fundamento a la vida. Introducirnos a la totalidad de los factores que integran la realidad sin negar ninguno.



Señor en Ti Confío.

Cada aspecto de nuestra existencia debe estar marcado por nuestra Identidad de Hijos de Dios y Discípulos de Cristo. Ser coherentes con nuestra Identidad como Hijos de Dios se traduce en dejar transformar nuestro ser con la vitalidad de la Buena Nueva. Cada aspecto de nuestra existencia debe estar marcada por nuestro ser de Hijos de Dios y Discípulos de Cristo.
Compartir el Evangelio, formar personas como discípulos de Cristo, es parte de nuestra vocación cristiana y sobre todo en la casa, dentro de nuestra propia familia, porque es ahí donde aprendemos a vivir y poner en práctica la caridad que nos une como hermanos. (Papa Francisco)

¡ Que meritos los de Cristo!.
Y que importancia ten grande la que tiene para nosotros. Con ellos fuimos redimidos, por ellos se borro el pecado y nos hizo capaces de Dios.
Nos hizo capaces de creer en Dios, como El creyó, de buscar, de encontrar, de amar a Dios. De confiar en El como Jesús confió. Hasta la muerte, mas allá de la muerte, hasta le resurrección y la gloria.
El amo a Dios por nosotros y nos enseño a amarlo y a amar por El a nuestros hermanos. Nos hizo capaces de Merito y no contento con eso nos dio los suyos,
Los de su santísima Madre y la de todos los santos.
Nos hizo comunidad, nos hizo Iglesia para que los bienes de unos fueran para el bien de los otros.
Nos devolvió la dignidad y la libertad de los Hijos de Dios y todavía nos espera en el cielo para colmar sus dones.


Contemplemos a Jesús, al Siervo sufriente. ¡Lo que no sufrió para salvarnos!
Síntesis del mensaje:  El Jueves Santo fue “la hora de Jesús”. El Viernes Santo es sobre todo “la hora de Satanás”. Dos horas que se reducen a una sola hora, “la hora del Misterio Pascual”, con sus dos manecillas: la entrega de Cristo y la maldad humana. La celebración de la Pasión de hoy, que no misa, tiene tres partes: primera parte, liturgia de la Palabra y la oración universal; segunda, adoración de la santa cruz y, tercera, sagrada Comunión. También podemos dividirla así: Pasión proclamada en las lecturas, Pasión invocada en la oración universal, Pasión venerada en el beso a la santa cruz y Pasión comunicada en la comunión.
Puntos de la idea principal:
En primer lugar, ¿quién resiste contemplar este Siervo sufriente? Despreciado, desestimado, leproso, herido de Dios, humillado, traspasado por nuestras rebeliones (1ª lectura), con miedo, pavor, tristeza, tedio, gritos, lágrimas. Ahí, tirado en el huerto de los olivos. Ahí, aniquilado y desangrado en la flagelación. Ahí, blasfemado, injuriado, insultado en la cruz. Ahí, clavado manos y pies en el madero ignominioso de la cruz. Ahí, con el costado sangrando por culpa de esa lanza cruel. Ahí, acostado en la cruz, el cielo cerrado sin la voz de su Padre y una noche oscura interior terrible.
En segundo lugar, no obstante, ese Siervo sufriente es modelo y ejemplo para nosotros (2ª lectura). Modelo de obediencia al Padre por encima de todo. Modelo de amor a los hombres hasta dar la vida por ellos. Modelo de perdón sin medida. Modelo de mansedumbre, que ante tanta injusticia no chistó ni se rebeló. Modelo de generosidad, que mientras a su alrededor cada uno sacaba su tajada, Él nada se reservó para sí. Modelo a la hora de saber sufrir con paciencia tanto atropello, golpes, empujones, escupitajos, bofetadas, azotes, corona de espinas. Modelo de fidelidad hasta el final al plan de Dios. Modelo de confianza en las manos de su Padre.
Finalmente, cada uno de nosotros tiene algo de culpa en el dolor de este Siervo sufriente. Los Judas que traicionan a Jesús y lo venden por unas monedas de placer. Los Pedros que niegan a Jesús para salvar su pellejo. Los otros discípulos que le abandonan por miedo a la cruz. Los que le martirizan y crucifican haciendo sufrir a sus hermanos, con los que Cristo se identifica. Los Anás que están bien apoltronados en su sillón almidonado, que esconden en su palacio una mafia, siendo él el padrino omnipotente, escéptico y agnóstico, dispuesto a dar una bofetada a Jesús ante la fuerza de la verdad que él no aceptaba; sí, ese Anás que pasará a la historia como el prototipo de hombre que hace valer sus derechos de “autoridad jubilada”, para humillar a los demás, darse importancia... y como no pudo, recurrió a la violencia baja y propia de villanos. hombre orgulloso, expeditivo, frontal, tajante, práctico, seguro de sí mismo. También están los Caifás. Caifás era hombre más político que ético; le interesaba la religión del “interés”, dispuesto a practicarla, aunque tuviera que pasar por encima de la muerte, mientras le proporcionara tajada. Este era Caifás: un juez que pronunció la sentencia, mucho antes de que el juicio comenzara. Hombre orgulloso, expeditivo, frontal, tajante, práctico, seguro de sí mismo. Un hombre más político que ético; le interesaba la religión del “interés”, dispuesto a practicarla, aunque tuviera que pasar por encima de la muerte, mientras le proporcionara tajada. Este era Caifás: un juez que pronunció la sentencia, mucho antes de que el juicio comenzara. Culpa también tienen los cobardes Pilatos de turno que prefieren lavarse las manos para no perder el sillón de prestigio, aunque tengan que sacrificar la verdad y dar muerte al inocente. Por supuesto que tienen su peso de culpa los Herodes supersticiosos, sensuales, frívolos que pretenden servirse de Jesús como diversión de la fiesta. Y también losBarrabás, bandoleros, criminales, asesinos. Menos mal que también estaban los que le consolaron: su santa Madre, Juan evangelista, el cireneo, las santas mujeres, la Verónica.
 Para reflexionar: ¿Quiero acompañar a Cristo en su Pasión y Muerte, o seré uno más en la lista de quienes le hagan sufrir este año? ¿Qué personaje de la Pasión quiero protagonizar este año?

Para rezar: Señor, piedad y misericordia. Señor, gracias por haberme salvado. Señor, dame la gracia de luchar contra el pecado y de llevar mi propia cruz, pequeño pedazo de la tuya enorme.

Es necesario volver a descubrir el verdadero significado de la libertad y la justicia.
http://www.aleteia.org/es/religion/noticias/papa-francisco-hay-que-volver-a-descubrir-que-es-la-dignidad-humana-5844928114458624




Educar a la libertad, además, significa liberar la libertad de la desastrosa idea de ser solo poder de elección y no, también capacidad de relación con la otra libertad , y capacidad de adhesión al bien .

No es posible educarse a la libertad, sin advertir el vínculo que la propia libertad tiene con aquella de todos los otros. La educación de la libertad, es esencialmente educación a la relación entre las libertades del otro y la mía, y  experimentar su convivencia, sin olvidar LAS EXIGENCIAS del bien.


Es formar e impulsar a una persona para que logre el desarrollo de su conciencia y alcance la madurez de su ser. “La necesidad de hablar de Dios conlleva, como lógica consecuencia, la posibilidad y la necesidad de hablar del hombre. Esta es exigencia de la misma evangelización que, a su vez, es tarea esencial e irrenunciable de la Iglesia.

Ésta es la difícil tarea no sólo del padre y de la madre de familia que ven reducida cada vez más su capacidad de influir desde dentro. Educación y autoeducación van juntas y miran a una síntesis antropológica viviente que integre y armonice las diversas dimensiones de lo humano: inteligencia y razón, deseo y afectividad, libertad y dependencia.


La familia como “la base más importante de la educación” . De ella se dice que es patrimonio de la humanidad y primera escuela de la vida en la que se aprenden las virtudes personales y sociales, que así como los padres tienen derecho a educar a sus propios hijos, estos también tienen derecho a vivir en una familia unida y estable, en un ambiente moral favorable al desarrollo de la propia personalidad.



El padre Cuenca, un Jesuita por los años sesenta , escribió un libro pequeño que tituló ‘un cristianismo casi sin opio’. Allí escribió un capítulo que llamó ‘diálogo de dos demonios’. El demonio viejo tenía que instruir al demonio joven. El demonio joven le preguntó ‘qué debo hacer para pervertir a la gente de hoy’. La respuesta fue simple. Primero convencelos de que con el ajetreo, el trabajo, las diversiones, los negocios, las convivencias, todos tienen que vivir en agitación continua. No los dejes nunca que reflexionen, porque si reflexionan nunca se van a pervertir.


Porque el que reflexiona sobre sí mismo se convierte. Y esto sucede cada vez que reflexionamos como aquel ‘hijo pródigo’ nos arrepentimos y nos confesamos. Luego llega la libertad y el trabajo. A mirado a su interior y se da cuenta de que tiene mucho que cambiar, se ha encontrado consigo mismo y a deseado encontrarse también con Dios... y con el prójimo. Ha perdido humildemente perdón... y lo ha alcanzado plenamente creyendo en Dios y en toda su obra, creyendo en el hombre que es mi prójimo y sirviendo al prójimo que es alcanzar la caridad.

Los dioses que me había creado van a morir, descubrimos mejor el amor a Dios y al prójimo, volvemos a ser fieles y a caminar firmemente por los caminos que llevan a Dios.


PAPA FRANCISCO.

  1. Ser cristianos no se reduce a seguir los mandamientos, sino a dejar que Cristo tome posesión de nuestra vida y la transforme.
  2. Estar con Jesús exige salir de nosotros mismos, de un modo de vivir cansino y rutinario.

   3.     Adorar a Dios es aprender a estar con Él, ponerlo en el centro de la vida y  despojarnos de nuestros ídolos escondidos.

   4.     Entrar en la gloria de Dios exige la fidelidad diaria a su voluntad, incluso aunque haya que sacrificarse.

  5.    Si nos comportamos como hijos de Dios, sintiéndonos amados por Él, nuestra vida será nueva, colmada de serenidad y gozo.
El amor de Dios es siempre ardiente, apasionado, tierno, infinito, eterno y no puede ser de otra manera, porque El es así. El Padre ama a su Hijo Unigénito y el Hijo le devuelve ese  Amor en el Espíritu Santo como Dios y ahora después de la Encarnación, también como hombre.. Aquí es por donde el Amor de Dios llega a nosotros con el ardor la intensidad, la verdad con que Dio se ama. Pero nos ama individualmente, de uno por uno. Como si fuéramos el único que hay en la tierra. Porque en cada uno ve a su Hijo crucificado. A cada uno de nosotros nos ama personalmente y nos ama como si no existiera en el mundo otra cosa a quien amar.   A un corazón humano apenas le alcanza el amor para un solo ser.  En Cristo Dios, su Corazón es un Corazón infinito y le ha entregado a cada uno todo su Corazón.

    6.    Acojamos a Cristo en nuestra vida, ocupémonos unos de otros, respetemos la creación con amor.
El amor de Dios es siempre ardiente, apasionado, tierno, infinito, eterno y no puede ser de otra manera, porque El es así. El Padrea ama a su Hijo Unigénito y el Hijo le devuelve ese Amor en el Espíritu Santo. Como Dios y ahora después de la Encarnación, también como hombre.. Aquí es donde el Amor de Dios llega a nosotros con el ardor la intensidad, le verdad con que Dio se ama. Pero nos ama individualmente, de uno por uno. Como si fuéramos el único que hay en la tierra. Porque en cada uno ve a su Hijo crucificado. A cada uno de nosotros nos ama personalmente y nos ama como si no existiera en el mundo otra cosa a quien amar.A un corazón humano apenas le alcanza el amor para un solo ser. Su Corazón es un Corazón infinito y le ha entregado a cada uno todo su Corazón.


Papa Francisco: pensar en el cielo no es "estar en las nubes"


"LA FE NO ES UNA ALIENACIÓN SINO UN CAMINO DE VERDAD PARA PREPARARSE A VER EL MARAVILLOSO ROSTRO DE DIOS"



El camino de la fe no es alienación, sino preparar el corazón para ver el maravilloso rostro de Dios: esto es lo que ha afirmado hoy el Papa durante la homilía de la Misa presidida en la Domus Santa Marta. Han participado en la celebración algunos empleados de la Tipografía Vaticana, de la gendarmería y del ULSA, la Oficina de Trabajo de la Sede Apostólica


El Evangelio del día nos trae las palabras que Jesús dijo a los Apóstoles: “Que no se turbe vuestro corazón”:

“Estas palabras de Jesús son palabras bellísimas. En un momento de despedida, Jesús habla a sus discípulos, desde el corazón. Él sabe que sus discípulos están tristes, porque se dan cuenta de que algo no va bien. Él dice: ‘Que no se turbe vuestro corazón’. Y comienza a hablar como un amigo, también con la actitud de un pastor. Yo creo que la música de estas palabras de Jesús son la actitud de un pastor, como el pastor hace con sus ovejas ¿no? ‘Que no se turbe vuestro corazón. Tened fe en Dios, tened fe en mí’. Y ¿de qué comienza a hablar? Del cielo, de la patria definitiva. ‘Tened fe también en mí’: yo permanezco fiel, es como si dijese esto… ¿no? Con la figura del ingeniero, del arquitecto, les dice lo que va a hacer: ‘Voy a prepararos un lugar, en la casa del Padre hay muchas moradas’ Y Jesús va a prepararnos un lugar”.


El Papa se pregunta: ¿Cómo es este lugar? ¿Qué significa ‘preparar el lugar’? ¿Alquilar una estancia allá arriba? Preparar el lugar es preparar nuestra posibilidad de gozar, la posibilidad –nuestra posibilidad- de ver, sentir, entender la belleza de lo que nos espera, de la patria hacia la que caminamos”.


“Y toda la vida cristiana es un trabajo de Jesús, del Espíritu Santo, para prepararnos un lugar, prepararnos los ojos para poder ver…

‘Pero Padre, ¡yo veo bien! ¡No necesito gafas!’: pero esta es otra visión… Pensamos en los que están enfermos de cataratas y deben operarse: ellos ven, pero después de la operación ¿Qué dicen? Nunca había creído que se pudiese ver así, sin gafas ¡tan bien!’. Nuestros ojos, los ojos de nuestra alma necesitan, necesitan estar preparados para ver el rostro maravilloso de Jesús. Preparar el oído para poder escuchar las cosas bellas, las palabras bellas. Y principalmente preparar el corazón: preparar el corazón para amar, amar cada vez más”.


En el camino de la vida –destacó el Papa- el Señor prepara nuestro corazón “con pruebas, con consuelos, con cosas buenas”: “Todo el camino de la vida es un camino de preparación. Algunas veces el Señor debe hacerlo deprisa, como hizo con el buen ladrón: tenía solo pocos minutos para prepararlo y lo hizo. Pero la normalidad de la vida es ir así, ¿no?: dejarse preparar el corazón , los ojos, los oídos para llegar a esta patria. Porque esa es nuestra patria”.


‘Pero Padre, he ido a un filósofo y me ha dicho que todos estos pensamientos son una alienación, que estamos alienados, que la vida es esta, lo concreto, que allá no se sabe que puede haber…’ Algunos piensan así… pero Jesús nos dice que no es así y nos dice: ‘Tened fe también en mí’ Esto que yo digo es la verdad: yo no engaño, no decepciono”.


“Prepararse para el cielo –dijo de nuevo el Papa- es comenzar a saludarlo desde lejos. Esto no es una alienación: es la verdad, es dejar que Jesús nos prepare el corazón y los ojos para una belleza tan grande. Es el camino de la belleza” y “el camino de vuelta a la patria”. Finalmente el Papa rezó para que el Señor prepare la morada. “la morada definitiva, en nuestro corazón, en nuestros ojos y en nuestro oído. Así sea”.






NECESIDAD DE CONVERSIÓN


Casi al final de su Evangelio, San Lucas en el capitulo 24 nos cuenta el mandato que Cristo Jesús dio a su apóstoles antes de su Gloriosa  Ascensión al cielo.
Jesús se apareció por última vez a sus  discípulos y les dijo.  ‘Esta escrito que el Mesías tenia que padecer y había de resucitar de entre los muerto el tercer día, y que en su nombre se había de predicar a las naciones, comenzando por Jerusalen  la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados.





El Papa Francisco 
"David ha sido un adúltero y ordenó un asesinato, y sin embargo le veneran como un santo porque él tuvo el valor de decir:". He pecado ' Se humilló a sí mismo ante Dios. Uno puede cometer enormes errores, pero también se puede reconocerlos, cambiar la vida de uno y reparar lo que uno ha hecho. Es cierto que entre los feligreses que hay personas que han matado no sólo intelectualmente o físicamente, sino indirectamente , con una gestión inadecuada de capital, pago de salarios injustos. Hay miembros de las organizaciones de caridad que no pagan a sus empleados lo que se merecen, o hacer que funcionen fuera de los libros. [...] Con algunos de ellos sabemos todo su currículum, sabemos que se hacen pasar por católicos, sino practicar conductas indecentes de los que no se arrepienten. Por esta razón, en algunas ocasiones, no doy la comunión, me quedo atrás y dejar que los asistentes lo hacen, porque no quiero que estas personas acercarse a mí para una foto. También se puede denegar la comunión a un pecador sabe que no se ha arrepentido, pero es muy difícil de probar estas cosas. Recibir la comunión significa recibir el cuerpo del Señor, con la conciencia de formar una comunidad. Pero si un hombre, en lugar de unir al pueblo de Dios, ha devastado las vidas de muchas personas, no puede recibir la comunión, sería una contradicción total. Estos casos de hipocresía espiritual se presentan en muchos de los que se refugian en la Iglesia y no hacer vivir de acuerdo con la justicia que Dios predica. Y no demuestran arrepentimiento. Esto es lo que comúnmente llamamos llevar una doble vida. "

Como se puede observar, Bergoglio explicó en 2010 la abstención de dar la comunión personal con una razón muy práctica:. "No quiero que estas personas que se acercan a mí para una foto" Como un pastor experimentado y un buen jesuita, sabía que entre los que reciben la comunión no puede haber pecadores impenitentes públicos que, sin embargo profesaba a sí mismos como católicos. Él sabía que en ese momento sería difícil negar que el sacramento. Y sabía que los efectos públicos que esa comunión puede tener, si se reciben de manos del arzobispo de la capital argentina. Se podría inferir que Bergoglio puede sentir el mismo peligro como Papa, de hecho aún más. Y por esta razón por la que se adopta la misma conducta prudente: "Yo no doy la comunión, me quedo atrás y dejar que los asistentes lo hacen." Los pecados públicos que Bergoglio dio como ejemplos en su conversación con el rabino son la opresión de los pobres y la retención de los salarios sólo del trabajador. Dos pecados tradicionalmente figuran entre los cuatro que "claman venganza al cielo." 

Un segundo pensamiento del papa francisco: en la primera lectura Pablo y Bernabé afirman que «hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios» (Hch 14,22). El camino de la Iglesia, también nuestro camino cristiano personal, no es siempre fácil, encontramos dificultades, tribulación. Seguir al Señor, dejar que su Espíritu transforme nuestras zonas de sombra, nuestros comportamientos que no son según Dios, y lave nuestros pecados, es un camino que encuentra muchos obstáculos, fuera de nosotros, en el mundo, y también dentro de nosotros, en el corazón. Pero las dificultades, las tribulaciones, forman parte del camino para llegar a la gloria de Dios, como para Jesús, que ha sido glorificado en la Cruz; las encontraremos siempre en la vida. No desanimarse. Tenemos la fuerza del Espíritu Santo para vencer estas tribulaciones.

No habrá dificultades, tribulaciones, incomprensiones que nos hagan temer si permanecemos unidos a Dios como los sarmientos están unidos a la vid, si no perdemos la amistad con Él, si le abrimos cada vez más nuestra vida. Esto también y sobre todo si nos sentimos pobres, débiles, pecadores, porque Dios fortalece nuestra debilidad, enriquece nuestra pobreza, convierte y perdona nuestro pecado. ¡Es tan misericordioso el Señor! Si acudimos a Él, siempre nos perdona. Confiemos en la acción de Dios. Con Él podemos hacer cosas grandes y sentiremos el gozo de ser sus discípulos, sus testigos. Apostad por los grandes ideales, por las cosas grandes. Los cristianos no hemos sido elegidos por el Señor para pequeñeces. Hemos de ir siempre más allá, hacia las cosas grandes. Jóvenes, poned en juego vuestra vida por grandes ideales.






También San Lucas al principio de lo Hechos de los Apóstoles  en el capitulo primero narra la Ascencion de Jesús al cielo, les promete sus Apóstoles  la fortaleza del Espíritu Santo y los envía como sus testigos hasta los últimos rincones de la tierra.
Los cristianos deben vencer el mal con el bien. Enseñarles 'La necesidad de volverse a Dios … para el perdón de los pecados'.  Envió el Señor a los Apóstoles y con ellos a toda la Iglesia a anunciar el Evangelio a la humanidad entera con la palabra y el testimonio, con una vida de oración, de fe y de sacrificio.  Vayan y enseñen a todas las naciones, Yo estaré con ustedes todos los días hasta  el fin del mundo no tengan miedo.

  
El amor de los esposos.
1. El 'para siempre', no es solamente una cuestión de duración! Un matrimonio se logra no solamente por la duración, sino también es importante su calidad. (Francisco, 14 de febrero 2014)

2. Vivir juntos es un arte, un camino paciente, hermoso y fascinante. No termina cuando os habéis conquistado el uno al otro... Es más, es precisamente entonces cuando inicia. (Francisco, 14 de febrero 2014)
3. Recordad bien: ¡no terminar jamás el día sin hacer las paces! Si aprendemos a pedirnos perdón y a perdonarnos mutuamente, el matrimonio durará, irá adelante. (Francisco, 14 de febrero 2014)
4. Es habitual reñir entre esposos, porque siempre hay algo, hemos reñido. Tal vez os habéis enfadado, tal vez voló un plato, pero por favor recordad esto: no terminar jamás una jornada sin hacer las paces. ¡Jamás, jamás, jamás!  (Francisco, 14 de febrero 2014)
5. El matrimonio es también un trabajo de todos los días, podría decir un trabajo artesanal, un trabajo de orfebrería, porque el marido tiene la tarea de hacer más mujer a su esposa y la esposa tiene la tarea de hacer más hombre a su marido. (Francisco, 14 de febrero 2014)
6. Matrimonio y familia no son una construcción sociológica casual, fruto de situaciones particulares históricas y económicas. Por el contrario, la cuestión de la justa relación entre el hombre y la mujer hunde sus raíces en la esencia más profunda del ser humano y sólo puede encontrar su respuesta a partir de ésta.  (Benedicto XVI, 7 de junio 2005)
7. La libertad del «sí» se presenta por tanto como libertad capaz de asumir lo que es definitivo: la expresión más elevada de la libertad no es entonces la búsqueda del placer, sin llegar nunca a una auténtica decisión (Benedicto XVI, 7 de junio 2005)
8. El «sí» personal y recíproco del hombre y de la mujer abre el espacio para el futuro, para la auténtica humanidad de cada uno, y al mismo tiempo está destinado al don de una nueva vida. (Benedicto XVI, 7 de junio 2005)
9. El matrimonio, como institución, no es por tanto una injerencia indebida de la sociedad o de la autoridad, una imposición desde el exterior en la realidad más privada de la vida; es por el contrario una exigencia intrínseca del pacto de amor conyugal y de la profundidad de la persona humana.(Benedicto XVI, 7 de junio 2005)
10. El amor y la entrega total de los esposos, con sus notas peculiares de exclusividad, fidelidad, permanencia en el tiempo y apertura a la vida, está en la base de esa "comunidad de vida y amor que es el matrimonio".  (Benedicto XVI, 4 de diciembre 2005)
11. ¡No renunciéis a perseguir un ideal alto de amor, reflejo y testimonio del amor de Dios! (Benedicto XVI, 11 de septiembre 2011)
11.  En virtud de la sacramentalidad de su matrimonio, los esposos quedan vinculados uno a otro de la manera más profundamente indisoluble. Su recíproca pertenencia es representación real, mediante el signo sacramental, de la misma relación de Cristo con la Iglesia. (Juan Pablo II,  Familiaris Consortio)
12. El matrimonio cristiano, partícipe de la eficacia salvífica de este acontecimiento, constituye el lugar natural dentro del cual se lleva a cabo la inserción de la persona humana en la gran familia de la Iglesia. (Juan Pablo II,  Familiaris Consortio)
13. El noviazgo es para escoger a tu acompañante para la vida y a la madre o padre de tus hijos. (Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Juventud París, 1997)

 Remember that their true center and goal is not a charism, but a person: Jesus Christ. “The center is one alone: Jesus Christ!
“When I put my spiritual method, my spiritual journey, and my way of realizing it at the center, I get off track. 

 Volver al primer amor.
¿ Los llamo por su nombre ?. Para estar con El,  predicar el Evangelio,
Perdonar y Exorcizar en su nombre y para que fueran 12. Es decir grupo.
Iglesia. Comunidad de Salvación. Y solo en ella volverán a encontrar a
Cristo, como el incrédulo Tomas, que ya se había apartado de los doce y
borro su pecado confesando a Jesús como su Dios y Señor: ¿Señor mío y Dios mío?.

En el seno de mi Padre te vi desde siempre, a las plantas de mi madre te vi en el Tepeyac,  te amé y di a ella como pequeño esclavo, para que hiciera de ti un mensajero de mi amor.
Volver al primer amor no es solo confortarse con el recuerdo de aquel primer día de encuentro con el Señor que llama: las primeras misiones, el primer día en el noviciado, el primer destino, las primeras obras realizadas con gran entusiasmo y amor.

Es más, mucho más que eso: Es fijarnos mas en el don que en la respuesta. 
Es reconocer plenamente que la llamada  procede del Señor, que es el regalo gratuito, irrevocable y de predilección del que Dios  nunca se arrepiente y que aun cuando mil veces le hallamos negado hoy vuelve a llamarnos a su amor, como en aquella vez primera en que respondimos entusiasmados, aun cuando con el tiempo haya llegado a hacerse muy débil y mezquina nuestra respuesta .

Aprendamos de María a ser fieles creyentes, es decir, a ser hombres y mujeres de fe. Aprendamos a cultivar nuestra fe en la escucha y meditación de la Palabra de Dios. Seamos testigos creíbles de la fe, para que la Victoria de Cristo resucitado, de la que participa María, llegue como Buena Noticia al corazón de todos.
María, también hoy nos enseña a conservar intacta la fe en Dios que se nos dio en el bautismo y que debe crecer y madurar continuamente en cada uno durante las diversas etapas de nuestra vida cristiana.
Conservar viva, intacta y operante nuestra fe, para que también cada uno de nosotros podamos, con San Pablo, exclamar: “Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo”, y en Él, también Padre nuestro. Padre infinitamente bueno y generoso que “nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo”, y “que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales”.
Esta fue, para Pablo, una de las verdades más estupendas: saber que desde la eternidad, él, y ahora yo, cada cristiano, -a semejanza también de María-, ha sido objeto de un amor divino, de una elección de parte de Dios hecha no por méritos personales, sino sólo por su amorosa iniciativa.
Que para podernos amar no sólo como criaturas, sino como hijos, nos eligió desde la eternidad “en Cristo Jesús”, llamándonos a vivir una existencia plena siendo “santos e irreprochables ante Él por el amor, que es la esencia de todas las virtudes, que es toda la ley. Amor derivado del amor de Aquel que es el Amor.

Oración de San Anselmo.
Oh Jesús , Hijo de Dios, te suplico, por aquel amor tan tierno que tienes a tu Madre: concédeme amarla verdaderamente como Tú la amas y quieres que sea amada.
Oh María, Madre buena, te suplico, por aquel amor tan tierno que tienes a tu Hijo: concédeme amarlo verdaderamente como Tú lo amas y quieres que sea amado.
...Oh María, Madre buena, te suplico, por aquel amor tan tierno que tienes a los hijos de tu dolor.
Oh Jesús, Hijo de Dios, te suplico, por aquel amor tan tierno que tienes alos hijos de tu sangre derramada: concédeme amarlos verdaderamente como Tú los amas y quieres que sean amados.






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  F                      R         


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M      S      M                  

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